El complejo hotelero se asienta sobre una parcela de 12.000 metros cuadrados, de la que casi las dos terceras partes se han destinado a piscinas, terrazas y jardines. El resultado es un tipo de hotel en Benidorm actualmente inexistente, que permite al cliente disponer de amplios espacios abiertos dentro del recinto y disfrutar al máximo de su alojamiento.